Tras sorprender a todo el panorama futbolístico irrumpiendo en la élite como titular en el Barça y la selección española con apenas 16 años, Lamine Yamal ya conoce qué es la fama mundial. Como consecuencia, el futbolista visitó este jueves El Hormiguero en una de sus primeras apariciones públicas como estrella entrevistada, algo que, si su nivel no decae, será una tónica habitual durante las próximas décadas.
Sin embargo, eso no fue siempre así. Lamine relató ante Pablo Motos cómo fue su primera convocatoria con el primer equipo. "Yo tenía que ir a desayunar con el equipo y no subí, me escondí en el gimnasio sin saber qué hacer y no me crucé con ninguno antes de salir al entrenamiento". Fue su primera experiencia, pero la segunda, la de su debut, fue mejor: "El debut fue en dos partes, la primera lamentable y en la segunda... marqué", celebró.
Sus entrenamientos no siempre fueron tan profesionales como en el Barça. De pequeño, su padre, Mounir Nasraoui, le planteó un ejercicio muy curioso que le ha ayudado en su desarrollo futbolístico: "Tuve dos perros. Mi padre me iba a buscar al cole y sacaba una pelota para regatearlos. Me tiraban al suelo", aseguró el extremo derecho.
Yamal ha vivido un trayecto futbolístico de película, pasando de jugar al fútbol en el barrio de Rocafonda a ganar la Eurocopa con la selección española. En la celebración, en la que aseguró no beber alcohol, sino Coca-cola, descubrió una nueva faceta de algunos de sus compañeros: "Me quedé flipando con Unai Simón y Morata porque pensaba que eran personas serias. Lo más duro fue que al día siguiente me tuve que levantar a las 9:00".