El sector del autoconsumo se pone la meta de instalar placas solares en cinco millones de chalets y arrancar en los bloques de viviendas

La ralentización en el ritmo de instalaciones de autoconsumo debido a la normalización de los precios de la electricidad en el último año no ha frenado el crecimiento de un sector que se disparó en 2022. Al contrario, el sector renovable ve todavía un basto mercado por delante y apunta en particular a dos tipos de viviendas, porque si bien ya hay 400.000 hogares unifamiliares con placas solares, quedan otros cinco millones sin ellas y de momento no termina de arrancar el autoconsumo en bloques de viviendas, las más numerosas en España, y donde el grado de penetración no supera el 5%.

Viviendas unifamiliares como "objetivo perfecto" y el reto de desplegar de una vez el autoconsumo colectivo en bloques de viviendas son los principales puntos en el horizonte que han aparecido durante las primeras sesiones del Congreso del Autoconsumo organizado por la principal asociación del sector renovable, APPA, y que ha arrancado este jueves en Madrid.

"Hay 29 millones de viviendas, 18 millones son primeras viviendas y, de ellas, el 30% son viviendas unifamiliares, un objetivo perfecto para convertirse en cliente de autoconsumo", ha asegurado este jueves el secretario general de APPA Renovables, José María González Moya, en la inauguración del congreso.

Además de este tipo de viviendas, el responsable de comunidades solares de Iberdrola, David Palacios, ha alertado de que la mayoría de los hogares españoles son "en altura", es decir, en bloques de viviendas donde el autoconsumo solo alcanza al 5% y que el sector debe orientarse a arrancar en el autoconsumo colectivo. "Nuestro público objetivo vive en altura, mas del 70% en comunidades como la de Madrid y si la penetración [del autoconsumo] en España es menor que en resto de países vecinos es precisamente por eso, porque el ratio de gente viviendo en altura es mayor", ha afirmado y ha añadido que "falta divulgación" sobre esta posibilidad. También simplificar los procedimientos administrativos, según la responsable de proyectos de generación distribuida de Repsol, Shalina Chandnani.

La instalación de paneles fotovoltaicas en hogares, comercios e industria despegó en 2019 y desde entonces no ha dejado de crecer, con un hito histórico en 2022, cuando los precios disparados de la electricidad y las ayudas europeas llevaron a cientos de miles de hogares a instalar placas solares en sus tejados para intentar abaratar las facturas de la luz. Si en 2021 la progresión anual había desembocado en 1.151 megavatios (MW) de potencia instalada de autoconsumo, en 2022 se disparó hasta los 2.649 MW, duplicándose en el sector industrial pero multiplicándose por cuatro en el caso del residencial que pasó de 253 MW en 2021 a 1.024.

Según datos de APPA Renovables, en 2023 este crecimiento se ralentizó con respecto al histórico de 2022, pero no con respecto a los años anteriores. El año pasado se instalaron 1.943 MW, de ellos 527 MW en el sector industrial y 1.416 en el residencial y ya son 400.000 los hogares los que ya tienen instaladas placas fotovoltaicas en el tejado. El año pasado, la generación renovable de electricidad en instalaciones de autoconsumo evitó la emisión de 1,4 millones de toneladas de CO2 -frente a 931 en 2022-, fue capaz de cubrir el 3% de la demanda eléctrica nacional -frente a 1,8% en 2022- y supusieron un ahorro de 208 euros por cada kilovatio instalado de autoconsumo residencial y 152 euros en el sector empresarial.

Por otra parte, en 2023 se incrementó la gran disfuncionalidad de la que viene advirtiendo desde hace años el sector renovable, relativa a la parte de la electricidad que genera el autoconsumo pero que se "pierde" por barreras regulatorias para verter los excedentes a la red eléctrica. APPA denuncia que el año pasado, "se desaprovecharon" 1.642.000 Mwh, el 18% de la electricidad que se generó de este modo y equivalente a 131 millones de euros.

El objetivo marcado por el Gobierno de que en 2030 haya instalados 19.000 MW de autoconsumo parece alcanzable, aunque, una vez terminadas las ayudas europeas, se buscan otros impulsos. "Deberíamos tener un incentivo que, como mínimo, no penalice la instalación de autoconsumo", ha indicado Jaume Macia, de Endesa.

Con estas cifras, APPA considera que hay todavía mucho camino por recorrer. Según González Moya, de los 30 millones de puntos de suministro, 29 millones son clientes domésticos -viviendas y pequeños comercios, 800.000 grandes comercios e industrias y cerca de 120.000 grandes industrias que demandan mucha electricidad. De la misma manera que solo en viviendas unipersonales hay cinco millones que todavía no tienen autoconsumo y que el sector quiere arrancar en bloques de viviendas, APPA considera que también en la industria y el comercio "hay mucho por hacer".

Cambio de perfil

"El mejor marketing de este sector lo ha hecho Putin, desgraciadamente", ha afirmado el CEO de Bet Solar, Borja Pellicer, aunque el sector se sigue viendo "muy vivo" con la normalización posterior de los precios de la luz. Además, de la importancia del "boca a boca", lo que también el sector es un cambio de los perfiles, tanto de los usuarios particulares que instalan autoconsumo una vez que han terminado las ayudas y los precios altos de la luz, como también en el sector industrial.

Iberdrola ve ahora un perfil "más maduro" de quien quiere instalar autoconsumo en su vivienda, "sin el sentimiento de urgencia de 2022 pero que sigue queriendo mejorar la sostenibilidad".

Por lo que respecta al sector industrial, Repsol constata que las empresas valoran más la estabilidad de precios, aunque en estos momentos estén bajos. "Vemos que el pensamiento va a más largo plazo y lo que interesa es no centrarse en el precio sino concentrarse en su actividad, resolver esa volatilidad de los costes energéticos".

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