Visto para sentencia el juicio a Sancho: el chef carga contra la Policía en su alegato final, no admite el crimen e insiste en que se defendió

El juicio contra Daniel Sancho, acusado del asesinato premeditado del cirujano colombiano Edwin Arrieta, ha concluido este jueves en Tailandia con un alegato final del acusado tras un proceso que se inició el pasado 9 de abril y que ha durado casi un mes.

Daniel Sancho, en su turno final de palabra ante el juez y según fuentes presentes en la corte provincial de Koh Samui, ha cargado contra la Policía tailandesa y se ha declarado no culpable del asesinato de Arrieta, con o sin premeditación. "Ha insistido en que la muerte del médico fue consecuencia de su defensa personal", comentan las citadas fuentes. Sancho solo ha reconocido el cargo de descuartizamiento, lo que apenas supone un delito menor de profanación de cadáver.

El proceso ha terminado un día antes de lo previsto con ese alegato final de Sancho que ha durado cerca de 45 minutos y que había solicitado él mismo al magistrado del tribunal. El adelanto se debe a que solo declararon este miércoles otros dos forenses para cuya testificación la acusación y la Fiscalía mostraron conformidad, mientras que se denegaron los testimonios de un testigo protegido supuestamente acosado por Arrieta e Iván Campos, un psicólogo especialista en abusos sexuales. El chef convocado por la defensa como testigo para este jueves ha declinado asistir y tampoco ha testificado el padre del acusado, Rodolfo Sancho, ni los dos abogados de la defensa, la criminóloga Carmen Balfagón y el portavoz de la familia, Ramón Chipirrás. El juez consideró que no aportarían nada al no estar directamente relacionados con el caso.

Sancho, según comentan fuentes del proceso a 20minutos no se ha mostrado arrepentido del crimen ni ha pedido perdón, tal y como ya pasó durante su declaración del pasado martes. "Ha dicho que la Policía le engañó, que le obligó a decir lo que dijo y que le obligó a ver los mensajes de Edwin en su móvil y él no quería", apuntan.

El acusado ha asegurado ante el juez que perdió "el control mental", un factor que la defensa considera fundamental. La tesis de una pelea fortuita, el miedo posterior de Sancho al ver que Arrieta había muerto supuestamente tras golpearse en la nuca contra el lavabo y la simple admisión del descuartizamiento para deshacerse del cadáver, podría deparar un futuro para Sancho más benévolo: el cargo de homicidio imprudente que suscribe la defensa (si no, directamente, la inocencia) le reportaría al chef español una pena menor de hasta ocho años de cárcel que podría desembocar en una extradición a España en apenas dos años.

La Fiscalía y la acusación particular no comparten la tesis del chef y han mantenido los cargos de asesinato con premeditación, a pesar de que el propio fiscal del caso dijo recientemente que sería "difícil" probar que Sancho preparó el crimen y que no fue fruto de una pelea. El proceso ha quedado visto para sentencia y el juez ha fijado la fecha de su lectura para el 29 de agosto a las 10 de la mañana, un retraso en el veredicto que es habitual en los procesos de Tailandia.

Sancho, satisfecho con el proceso

A su salida del tribunal, el actor español Rodolfo Sancho, padre del acusado, se ha mostrado "muy satisfecho" por el proceso judicial pero aseguró que "es una absoluta mentira" que no haya transmitido sus condolencias a la familia del cirujano Arrieta.

"No sé por qué hay gente diciendo que soy inhumano, que nunca he dicho que sentía nada por la familia (de Arrieta), que no he presentado mis condolencias", dijo tras bajar las escaleras de la corte, en declaraciones citadas por Efe. "Lo primero que hice cuando saltó todo esto fue efectivamente eso, y la gente que lo sabe, lo sabe, y los que no, no se han informado bien".

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