El Banco de España advierte de que tratar de compensar el esperado aumento del gasto público en pensiones previsto para los próximos años solo subiendo las cotizaciones puede dañar el empleo y la competitividad de España. Así lo traslada el supervisor bancario en su informe anual, un documento en el que pasa revista a la economía española y pone el foco en los desafíos estructurales del país.
El gran reto que tendrá que afrontar España desde el punto de vista en las finanzas públicas en los próximos años es la jubilación masiva de la generación del baby boom. El retiro de las generaciones más numerosas de la pirámide de población supondrá un importante aumento del gasto en prestaciones por jubilación, que se ha acentuado tras la reforma de las pensiones aprobada el año pasado.
Para amortiguar ese aumento en el gasto, el Ejecutivo ha planteado una subida progresiva de las cotizaciones sociales en los próximos años (especialmente para los salarios de más de 50.000 euros). Si, aun así, el gasto se desvía por encima del 13,3% del PIB, el Ejecutivo está obligado a adoptar nuevas medidas para reducir gasto o reforzar ingresos. Un extremo que se decidirá el año que viene tras la publicación de un informe de la Airef. En caso de que no se llegue un acuerdo, se activaría una cláusula automática que subiría aún más las cotizaciones para compensar el aumento del gasto.
Pues bien, el Banco de España señala que "en caso de ser necesaria la activación de la cláusula de salvaguardia, hacer descansar la financiación del sistema de pensiones exclusivamente en el incremento de las cotizaciones sociales podría ser perjudicial para el empleo y la competitividad de la economía española".
En concreto, el Banco de España estima que, por cada punto que sube el tipo medio de las cotizaciones sociales, el empleo podría reducirse un 0,25% transcurridos cuatro años. Esto, traducido a cifras redondas, implicaría que una subida del 1% en las cotizaciones provocaría la destrucción de unos 50.000 empleos a los cuatro años.
La Airef estima que cuando la reforma de las pensiones esté plenamente en vigor, el tipo medio de cotización habrá aumentado 2,7 puntos. Traducido a números, estaríamos hablando de 135.000 empleos menos a los cuatro años. No obstante, el propio supervisor fiscal sostiene que el impacto sería muy heterogéneo y se concentraría en los sueldos más elevados.
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