Educación sexual y preservativos gratis: Sanidad se propone reducir el alarmante aumento de ITS entre los jóvenes

Europa está en alerta con las infecciones de transmisión sexual (ITS). El Centro Europeo de Control de Enfermedades (ECDC, por sus siglas en inglés) advirtió hace unas semanas del "alarmante" aumento en todos los Estados miembro de los casos de gonorrea, sífilis y clamidia. España es, de hecho, de los países europeos que ha experimentado una mayor subida tras el parón de la pandemia y el organismo de referencia de la Unión Europea (UE) ya ha instado a tomar medidas para prevenir y reducir estas infecciones, que son significativamente más frecuentes entre la población joven.

Según los últimos datos, correspondientes a 2022, los casos de gonorrea subieron en toda la UE un 48% en apenas un año, un 34% los de sífilis y un 16% los de clamidia. Andrea Ammon, directora del ECDC, advirtió a principios de marzo de este aumento de casos que, sostuvo, "exige de atención urgente y esfuerzos concertados". "Debemos priorizar la educación sobre salud sexual, ampliar el acceso a pruebas y tratamientos y combatir el estigma asociado a las ITS", aseveró Ammon, quien también instó a "promover el uso constante del condón".

En esa línea irá la estrategia del Ministerio de Sanidad, cuya titular, Mónica García, reconoció el "desafío de salud pública" que supone ese incremento de infecciones de transmisión sexual. El último informe de la Red de Vigilancia Epidemiológica evidencia que España registró en 2022 la tasa más alta de sífilis, gonorrea y clamidia desde que hay registros. Concretamente, la tasa de casos de sífilis se disparó hasta el 17,1 por cada 100.000 habitantes; los casos de gonorrea se han multiplicado casi por 25 en las dos últimas décadas; y los de clamidia se han disparado un 245% desde 2016. Tasas que, además, han aumentado considerablemente entre la población de entre 15 y 24 años.

De ahí que la ministra avanzase que su departamento estudia la posibilidad de que el preservativo pase a estar cubierto por "parte del sistema público", siendo gratuito para las franjas de edad de jóvenes "con menor poder adquisitivo". "No tiene sentido que se cubra una vacuna para evitar una infección, pero no un método barrera como el preservativo", argumentó García en su primera comparecencia en la Comisión del ramo del Senado.

Por ahora, el Gobierno no ha avanzado mucho más sobre esta medida, aunque fuentes del Ministerio de Sanidad precisan que ese reparto gratuito está pensado para los jóvenes de 14 a 22 años, que en principio tienen que estudiar y todavía no están trabajando, por lo que tienen un poder adquisitivo muy bajo. "La idea es que se cargue en la tarjeta sanitaria como se hizo con las mascarillas, sin necesidad de pasar por un médico", explican las mismas fuentes, que avanzan también que el objetivo es empezar con los jóvenes para ir ampliando esta prestación al resto de la población. Algo parecido hizo Francia en enero de 2023, cuando aprobó la medida de reparto gratuito de preservativos para los jóvenes de entre 18 y 25 años, a recoger en las farmacias del país con la tarjeta de la seguridad social o un documento de identidad.

"Todo lo que sea democratizar el acceso, tanto a anticonceptivos, como a cualquier tipo de elemento ligado a la salud, siempre va a estar bien. Lo que pasa es que si no se acompaña con un esfuerzo de generar sistemas de educación afectivo-sexual, eso se va a quedar corto", incide a 20minutos Stribor Kuric, investigador de FAD Juventud. La Fundación, que elabora informes y estudios sobre conductas de riesgo de los jóvenes, lleva tiempo advirtiendo sobre esa carencia educativa y el porcentaje de adolescentes y jóvenes que todavía no está concienciado sobre el uso de anticonceptivos.

Una investigación de noviembre reveló que casi la mitad de los jóvenes de 16 a 20 años declara que no ha recibido educación sexual de calidad, ni por parte de sus familias ni en su centro escolar. La mayoría reconoce que suple esa falta de información por su cuenta, siendo la pornografía una de las principales fuentes: dos de cada diez creen que es un recurso útil para su educación sexual; el 56,1% afirma que el porno le ayuda a conocer y comprender mejor el sexo; y el 49,5% que lo utiliza como inspiración.

Es un círculo vicioso. Los jóvenes no tienen educación sexual y la acaban buscando en la pornografía, con todo lo que ello implica. No solo se reproducen los estereotipos sexistas y las actitudes agresivas, sino que también se multiplican las posibilidades de caer en conductas de riesgo. "En el momento en que esa responsabilidad de informarse sobre los riesgos o de entender cómo puede funcionar la propagación de ITS se depositan únicamente sobre la persona, pueden surgir este tipo de mitos, como que las ITS son cosas del pasado o recurrir a prácticas para evitar embarazos, como la marcha atrás", incide Kuric.

Otro informe de FAD revela igualmente que uno de cada tres jóvenes cree que la pornografía puede fomentar un menor uso del preservativo y que un 51,1% reconoce haber mantenido relaciones sexuales sin protección o con riesgo al menos una vez en el último año. "Son datos preocupantes", advierte el investigador, quien subraya también que las encuestas reflejan que persiste la idea de que no usar protección en las relaciones sexuales compensa cualquier riesgo (el 12,4% lo cree así).

Asimismo, la undécima edición del Barómetro de Control Los españoles y el sexo de 2023, evidencia una reducción de cuatro puntos porcentuales del uso del preservativo a cifras prepandemia entre jóvenes de 18 a 26 años: si en 2023 el 62% reconocía usarlo, en 2023, el porcentaje descendió hasta el 58%. Dicho de otro modo, cuatro de cada diez jóvenes no usa preservativo en las relaciones sexuales.

Educación sexual, campañas y detección precoz

Para Raquel Hurtado, subdirectora y portavoz de SEDRA-Federación de Planificación Familiar, el aumento de casos de infecciones de transmisión sexual entre jóvenes responde a dos causas: en primer lugar, a que se realizan mejores cribados; y, luego, a que "hay cuestiones necesarias que no se están abordando". Se refiere aquí Hurtado a la "clarísima ausencia" de campañas de sensibilización en torno a este tema, que viene de décadas atrás. "Desde hace unos treinta años que no hay una inversión fuerte, ni autonómica ni estatal. Nosotras detectamos una especie de relajamiento, hay la sensación de que las ITS no son tan graves porque tienen tratamiento", explica a este periódico.

Hay también un factor cultural, reforzado por los roles de género. "Es la idea de que el amor en sí mismo es algo que protege y de que cuando estabilizamos una relación dejamos de usar preservativo sin haber hecho un testeo ni nada", incide. Pero donde, según Hurtado, está el fallo más grande es en la educación sexual. Coincide la portavoz de SEDRA con Kuric en que es fundamental esa formación para que los jóvenes sean conscientes, no solo de los riesgos que atañe no usar protección durante las relaciones sexuales, sino también de cómo "entrenar" las habilidades comunicativas.

"La mayor parte sabe que hay que ponérselo. La dificultad está en poner en juego las habilidades de comunicación, que implica decir a la otra persona que se ponga el preservativo o negociar el modelo anticonceptivo o incluso las prácticas. Y eso es algo para lo que no hay información suficiente, y el aula es un espacio fantástico para ello", defiende.

Recuerda Hurtado la nueva ley de educación, aprobada en 2020, que ya incluye la educación sexual en todas las etapas educativas. "Pero a día de hoy son muy pocas las comunidades autónomas que se han puesto las pilas con el tema. Y, quienes lo han hecho, lo han dejado en un 'tallercito' de 50 minutos totalmente desconectado de la realidad y sin continuidad", señala.

Entra ahí otro asunto que, para Hurtado, es igualmente crucial, y es el tema de la detección precoz en un "sistema laberíntico difícil de acceder" y el cual todavía es percibido por los jóvenes con mucho estigma. "Hay un retraso a la hora de poder ir a realizar una prueba de infecciones de transmisión sexual, especialmente si son asintomáticas. Al final, lo que acaba produciendo es un retraso diagnóstico enorme y, si detectamos la ITS tarde, mientras tanto esa persona ha ido teniendo prácticas sexuales con otras personas y cabe la posibilidad de que la cadena de transmisión continúe", afirma.

Sobre la medida del Gobierno, la valora positivamente, pero también ella la ve insuficiente, pues recuerda que ya hay varios espacios en los que se reparten preservativos de forma gratuito. "Nuevamente se vuelve a tratar de algo que es insuficiente. Porque hasta que la educación sexual no sea una realidad en el contexto educativo formal, no vamos a ser capaces de abordar y acotar todas las dificultades con la sexualidad", concluye.

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