La calendarización compulsiva y el pánico a la agenda en blanco transforman la sociedad: "Tengo ocupados los findes de cinco meses"

Raquel confiesa que tiene todos los fines de semana hasta dentro de cinco meses "socialmente ocupados", pero que disfruta de tener cosas planeadas. Amalia compró una entrada con un año de antelación para un concierto y la tuvo que vender porque no consiguió el día libre en su nuevo trabajo, pero ha sido una de las que se ha hecho con tickets para la actuación de Dani Martín en noviembre de 2025, a falta de dos años para el recital. Las entradas para la mayoría de discotecas salen a la venta meses antes y, a falta de una semana, o ya están agotadas o alcanzan precios desorbitados. Pasa lo mismo con los restaurantes, con los que tienes que ser también previsor. Desde la pandemia, la obsesión por la "hiperplanificación" o "pánico a la agenda en blanco" impiden la improvisación y han empujado a una sección de la sociedad a abusar del Google Calendar y a necesitar saber qué van a estar haciendo dentro de un mes e, incluso, de un año.

Así lo asegura Sara Esteve, psicóloga del gabinete SomosAyuda, a 20minutos. La especialista explica que la pandemia demostró que la vida es impredecible y esto, junto a la incertidumbre que impidió planear a corto y medio plazo, ha provocado que muchas personas necesiten calendarizar compulsivamente sus vidas para sentir que están aprovechándolas "al máximo". Lucía Barrionuevo, psicóloga clínica, añade a esto que el "pánico a los huecos en blanco en la agenda" es un problema más presente que nunca, ya que, el ansia de recuperar el tiempo perdido y la obsesión por sentir un "falso control de las situaciones", no ha hecho más que crecer desde 2019. De hecho, un estudio de Infocop de 2024 expone que la salud mental de la población aún no se ha recuperado desde la aparición de la covid y que los niveles de ansiedad y depresión siguen siendo mucho más altos que los previos.

Tanto Esteve como Barrionuevo coinciden en que el FOMO, acrónimo del inglés Fear Of Missing Out, o miedo a perderse algo en castellano, es un problema real y por el que están empezando a acudir pacientes a las consultas. El FOMO es la ansiedad que aparece cuando la persona tiene que renunciar a algo por otro compromiso y durante este está preocupada por las consecuencias negativas que esta "pérdida" le puede causar a nivel social. De esta manera, la psicología señala a las redes sociales como culpables principales de su aparición. "Ver a otros disfrutando de experiencias que no podemos tener, no solo por nivel económico sino por razones de tiempo o estilo de vida, genera ansiedad por comparación y esto mueve a planificar experiencias propias compulsivamente para sentirnos a la altura", explica Barrionuevo.

Vidas sociales y ocio sin margen de improvisación

Raquel se ve reflejada en lo que exponen las psicólogas, sobre todo en ser "víctima del calendario". La joven, de 25 años, es abogada y comparte con 20minutos que tiene ocupados todos los fines de semana hasta dentro de cinco meses mientras muestra su planificador de Google Calendar. En él se puede ver una batería de líneas de colores superpuestas entre ellas y cada color corresponde a compromisos respecto a un "ámbito de su vida": social, laboral, familiar y viajes. Cuatro bodas, cuatro despedidas de soltera, tres viajes, una comunión, varios cumpleaños y comidas familiares… Además, cuenta que alguna de las líneas son públicas para cuadrar "más rápidamente calendarios" con amigos. Cuando se le pregunta sobre qué haría si surgiese un imprevisto responde con un "no creo que ocurra", pero que, si ocurriese, o lo cuadraría en algún hueco entre semana o lo rechazaría. Raquel niega que viva agobiada y achaca su poblado calendario a que le encanta aprovechar el tiempo. "Todo mi entorno vive así, en un constante save the date, tenemos compartidos los calendarios de todos y, o te unes a este ritmo de vida, o no socializas".

Algo parecido le sucede a Amalia, pero con la compra de entradas. Ella tiene 31 años y es fan de Coldplay desde pequeña, por eso no dudó en comprarse la entrada para el concierto de Oporto, aunque fuese con un año antes. "Iba a ir sí o sí, me daba igual cuando fuese", comenta, aunque la realidad posterior fue distinta. El recital era el 17 de mayo, pero el 1 de mayo empezó en un puesto nuevo. Le denegaron el día libre por poca antelación, aspecto que remarca con ironía, y lo siguiente que recuerda es ponerse a llorar. "Ahí me di cuenta que nunca se sabe qué va a pasar y que los riesgos de planear con tanta antelación son altos", continúa. Amalia, sin embargo, ha recaído en el "error" y ha sido una de las miles de personas que han comprado entradas para uno de los conciertos de Dani Martín en noviembre de 2025, casi dos años antes de la actuación. "Prefiero venderla o perder el dinero que arrepentirme de no haberla comprado y luego ver que todo el mundo va y yo no por una mala decisión del pasado".

De cualquier modo, esta calendarización va más allá de espectáculos y se refleja en situaciones del día a día como en la hostelería y vida nocturna. La madrileña sala Teatro Barceló tiene a la venta los tickets de todas las fiestas hasta el 29 de junio y los más baratos están ya agotados hasta final de mayo. Aún así, esto no solo ocurre en las grandes capitales. María del Mar, de Málaga, lamenta que haya que planear "con más de una semana de antelación" si se va a querer ir a una discoteca. "Luego llega ese día y no te apetece, pero ya has pagado 25 euros y tienes que ir sí o sí. También pasa lo contrario: llega el día y te apetece, pero o no quedan entradas o las pagas al triple de su valor". Además, aprovecha y dirige la misma queja hacia la hostelería, ya que, desde la pandemia, siente que tiene que planear detalladamente si quiere comer fuera porque "sin reserva no encuentras sitio". "Estoy harta de planificar el cenar por ahí como si fuese a ir una estrella Michelín. Además, igual el día que reservo me apetece una hamburguesa, pero como llegue el día de la reserva y tenga antojo de sushi…me tengo que fastidiar”.

Cumplir con calendarios cerrados en el pasado

La psicóloga Sara Esteve asume que, aunque la calendarización de los eventos sociales es una herramienta útil para aprovechar el tiempo, abusar de ella trae consecuencias negativas para la salud mental y el bienestar. La especialista destaca como uno de los riesgos más graves de la "hiperplanificación" el estrés por tener que cumplir un calendario aceptado en el pasado. "El ser humano es un ser cambiante y muchas veces acepta planes en situaciones donde está más receptivo o proactivo, pero cuando llega el momento de cumplirlos puede ser que esté atravesando una etapa más asocial y, el tener que forzarse, produce que la socialización influya negativamente en su estado de ánimo".

La doctora Barrionuevo apunta directamente a la falta de espontaneidad como principal perjuicio de los calendarios excesivamente poblados. "La improvisación es una parte importante de una vida plena. De hecho, es fundamental para crear seres humanos resilientes y con capacidad de adaptación a situaciones diversas", explica. De igual manera, la psicóloga se muestra preocupada por la evolución a negativo de la atención plena, la capacidad de estar presente en el momento de la sociedad. Sobre todo porque explica que, cuando tienes muchas actividades planificadas, pecas de estar pensando en la siguiente durante la realización de cada una, y, por tanto, no desconectas y dejas de disfrutar.

Por eso, considera fundamental encontrar un equilibrio entre la planificación y la espontaneidad. Para ello, aconseja establecer límites y forzar los "días en blanco" para dedicárselos y priorizar las actividades que esas jornadas apetezcan de forma espontánea y sincera. Además, recomienda ser flexible y no aferrarse a los planes con demasiada rigidez para que no suponga "un drama" cambiarlos si es necesario. "Vivimos en un mundo incierto, por eso es importante encontrar la manera de vivir sin sentirnos abrumados por la necesidad de llegar a todo, de no decepcionar a nadie y de ser menos que nadie".

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.