¿Se ha vuelto la UE proteccionista? Por qué los casos de Talgo y Naturgy en España son un aviso de lo que viene

Bruselas ya se maneja en una nueva era en la que la autonomía estratégica exige decisiones complicadas, pero está al inicio de un camino con muchos obstáculos y muchas preguntas. No, no se ha vuelto proteccionista, pero sí cautelosa. En España hay dos ejemplos recientes que sirven como pretemporada para lo que se avecina: Naturgy y Talgo, que se suman a lo que ocurrió hace algunos meses con Telefónica. Pero vamos por partes. En el caso de la empresa energética, considerada como estratégica por el Gobierno, existe un interés por parte del grupo emiratí Taqa para entrar en el accionariado, algo que si sucede de manera amplia podría suponer una especie de absorción de la entidad. Si se habla de la compañía ferroviaria, la clave está en la OPA que quiere lanzar la húngara Magyar, que aunque sea de otro Estado miembro de la UE también supone un riesgo para la autonomía española. El Ejecutivo espera "alguna alternativa".

Algo similar vivió España el pasado septiembre cuando se produjo la adquisición por parte de STC Group, el principal operador saudí, de una participación del 9,9% en Telefónica por un importe total de 2.100 millones de euros. Esto convirtió en un momento al grupo en el principal accionista, pero aseguró entonces que no se quiere hacer con el control de la entidad; esto obligó al Estado a moverse para participar de manera mayoritaria en la compañía, con un proceso que todavía no se ha completado.

Y es que el sector de las telecomunicaciones es especialmente peliagudo, no solo para España, sino también para el conjunto de la UE. "Las infraestructuras de telecomunicaciones son un elemento fundamental para la autonomía estratégica de la UE, pero han ido surgiendo varios escollos que dificultan el cumplimiento de los objetivos de la Década Digital", explican Raquel Jorge Ricart y Judith Arnal en un informe del Real Instituto Elcano. A esto se suma el hecho de que las cotizaciones en Bolsa han ido decayendo, abriendo la puerta por tanto a inversiones extranjeras.

El grupo también árabe E& confirmó en julio conversaciones para entrar de lleno en los mercados europeos a través de una colaboración con PPF Group, con sede en la República Checa. PPF Group consolidó su posición en el mercado europeo de las telecomunicaciones con la adquisición de los activos de Telenor en Hungría, Bulgaria, Montenegro y Serbia (estos dos últimos países candidatos a la adhesión a la UE) por 2.800 millones de euros en marzo de 2018, tras haber adquirido previamente O2 en la República Checa y Eslovaquia. Además, como parte de su estrategia de crecimiento, STC ha realizado una serie de inversiones en el sector de la información, la comunicación y la tecnología, tanto en Arabia Saudí como en el extranjero, siendo la más reciente la adquisición por su filial Tawal de los activos de torres de telecomunicaciones de United Group en Bulgaria, Croacia y Eslovenia.

En Bruselas ya tienen mil ojos ante estos movimientos. Todos estos son solo algunos ejemplos que ponen sobre aviso al bloque comunitario: se avecinan unos tiempos de mucha competitividad industrial, y parece que la Unión ya se está preparando. Por ejemplo, en agosto el Ejecutivo comunitario estrenó un nuevo mecanismo: el matching aid. A través del mismo, la Comisión Europea autorizó a Alemania a dar 902 millones al fabricante sueco de baterías Northvolt para que no se fuera a Estados Unidos, pues también había recibido una 'oferta' para verse beneficiada por la IRA, la norma americana para atraer inversiones. "No hablamos de proteccionismo, sino de autonomía", recalcan fuentes comunitarias consultadas por 20minutos. "Tenemos que poder tomar nuestras propias decisiones".

Alemania hizo esta notificación dentro del Marco Temporal de Crisis y Transición, preparado para estas situaciones, tal como explicaron entonces en rueda de prensa en Bruselas la comisaria de Competencia, Margrethe Vestager, y el vicecanciller alemán, Robert Habeck. En este sentido, la planta de Northvolt tendrá una capacidad anual de 60 GWh. Esto se traduce en entre 800.000 y 1 millón de vehículos eléctricos al año, dependiendo del tamaño de la batería. La fábrica empezará a producir en 2026 y alcanzará su plena capacidad de producción en 2029.

"Yo creo que tenemos una visión muy clara en España con respecto a la necesidad de proteger nuestros intereses estratégicos y tenemos además los instrumentos normativos necesarios", explicó el ministro de Economía español, Carlos Cuerpo, esta misma semana. Esa misma visión estratégica es que quiere tener la UE en su conjunto, para quien la industria se ha convertido en un asunto fundamental para el medio y largo plazo. La mejor muestra de ello es lo que ya se conoce como 'informe Letta', elaborado por el ex primer ministro italiano y centrado en la competitividad de la Unión y del mercado único.

Creo que tenemos una visión muy clara en España con respecto a la necesidad de proteger nuestros intereses estratégicos

La conclusión más importante del documento es que la Unión tiene que impulsar la industria común para "evitar un declive" en la competición global frente a Estados Unidos y China. Esa caída en la relevancia de la UE "no es irreversible", recoge Letta, que llama también a los países miembros a reforzar la inversión conjunta y reducir la burocracia, con modelos similares a los de compra común de vacunas contra la covid, el fondo de recuperación, la adquisición de energía o el planteamiento parecido al que ahora se plantea para el gasto en material militar. Ese visión "entre todos" ayudaría, dice el texto, a reducir "las asimetrías entre los territorios de la UE".

Enrico Letta quiere que a corto y medio plazo se pueda "completar el mercado único", porque tal y como ha explicado ese mercado único "es el corazón de la integración europea, y a la vez está menos completo de lo que mucha gente piensa". En este sentido, el documento aboga por dejar a un lado "los intereses nacionales para que se acepte del todo la acción conjunta" de los Estados miembros. Es también una llamada la "innovación" en las soluciones que se planteen, con inversiones públicas europeas y un mayor peso de los Proyectos de Importante Interés Europeo (IPCEI, por sus siglas en inglés). Un escenario así pondría a la UE en una situación positiva para hacer frente a la llegada de inversiones externas, sobre todo procedentes de EEUU y China y en áreas estratégicas.

Asimismo, avisa en el informe que anualmente se da una fuga de unos 300.000 millones de euros de ahorros de las familias europeas a los mercados extranjeros. Para poner tope a este tipo de situaciones, el documento pide la creación de una Unión del Ahorro y la Inversión, eso sí que se desarrolle a partir de la Unión de Mercados de Capitales, que todavía está incompleta. La clave para el futuro de la UE pasa, sobre todo, por las inversiones en elementos que permitan un desarrollo más fuerte, más firme, que desemboque en un bloque comunitario "mejor preparado" para los retos del futuro. Es el momento de competir.

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