Veto a la prensa, a puerta cerrada y sin móviles: el silencio se impone en la primera sesión del juicio contra Daniel Sancho

Con la cabeza rapada, camisa granate y enormes grilletes en manos y pies. Así ha entrado Daniel Sancho, de 29 años, acusado del asesinato y descuartizamiento del doctor colombiano Edwin Arrieta, al tribunal provincial de Koh Samui (Tailandia), donde este martes se ha celebrado la primera sesión del juicio que se alargará hasta el próximo 3 de mayo.

A las 9.40 horas ha dado comienzo la sesión, a puerta cerrada y con la prohibición de dar detalles posteriores de lo que allí ocurre bajo amenaza de cárcel por parte del juez, que también ha pedido que no se revele su identidad. Según fuentes de 20Minutos presentes en la sala, la única representación de la prensa española era el periodista Ramón Abarca, de la Agencia EFE, sentado detrás de la traductora de Sancho y del vicecónsul de España.

Además, en la vista de este martes, presidida por los retratos del actual rey de Tailandia y de su padre, el difunto monarca Bhumibol Adulyadej, se encontraban los letrados de la familia Arrieta en España, Juango Ospina y Beatriz Uriarte. También la abogada Carmen Balfangón y el criminólogo Ramón Chippirrás, que colaboran con la defensa española de Sancho, capitaneada por Marcos García-Montes.

Con la lectura de cargos, el acusado solo ha reconocido el descuartizamiento del cadáver, no así el asesinato premeditado ni la destrucción del pasaporte de Arrieta. "Ha pedido que le lean y traduzcan el Código Penal tailandés para negar esto último", detallan las mencionadas fuentes a este periódico. "No he destruido nada ni he cometido ningún daño contra ninguna persona", ha sentenciado Sancho rotundo ante el tribunal.

Testigos, de mayor a menor

No ha sido el único momento en el que el acusado ha tomado parte del proceso, incluso ha sido llamado al orden por el magistrado tras realizar algunas "preguntas improcedentes" a la primera testigo del fiscal Jeerawat Sawatdichai, la mujer birmana que encontró la bolsa con restos cadavéricos en el vertedero de Phangan el pasado 3 de agosto, donde trabajaba.

La defensa del hijo de Rodolfo Sancho apunta a que esta bolsa fue puesta en el lugar a posteriori. El letrado de Arrieta, por su parte, dice que el joven introdujo partes del cuerpo en una bolsa que después tiró al cubo de la basura del apartamento turístico, la que acabó llegando al basurero de la isla.

Según las citadas fuentes, los testigos han hablado de mayor conocimiento de los hechos a menor. En concreto han sido cuatro, todos llamados a declarar por el fiscal con la intención de probar que Sancho premeditó el crimen.

La segunda en dar testimonio ha sido una mujer tailandesa que alquiló una motocicleta a Sancho en la isla el 31 de julio. Ya por la tarde (la sesión ha durado dos horas más de lo previsto, hasta las 18.30), han hablado dos empleados de los dos hoteles en los que el español se alojó desde que llegó a Koh Samui el 31 de julio.

El silencio de todos

La decisión del juez tailandés de prohibir informar sobre lo que ocurre durante un juicio resulta totalmente excepcional en el país asiático, también el impedimento a los presentes en la sala de tomar notas sobre lo que ocurre, con excepción de los abogados de la defensa y el fiscal. Tampoco se permiten los teléfonos móviles, algo que sí es habitual y que ha provocado que los presentes hayan tenido que dejar sus dispositivos en una taquilla.

"El tribunal ha sido muy contundente a la hora de apercibirnos de que todo lo que se diga que haya podido suceder dentro lo va a investigar", ha señalado Ospina a las puertas de la corte. "Creo que es una advertencia seria de que, si hay filtraciones, la persona que las ha realizado va a tener algún problema", ha añadido Chipirrás.

De ahí que ni su equipo ni el de la defensa hayan querido dar declaraciones. "Tenemos confianza absoluta en el reino y el Gobierno tailandeses, en el Poder Judicial y en este caso, la corte provincial de Koh Samui y, en concreto, en su presidente y magistrados, amén de la dirección y funcionarios del centro penitenciario de la isla", ha declarado García-Montes a este periódico al ser preguntado por la jornada.

El actor Rodolfo Sancho, por su parte, ha sido otro de los protagonistas que ha decidido dar la callada por respuesta. Asediado por decenas e periodistas a la entrada y salida del tribunal, el intérprete no ha querido hacer declaraciones sobre el caso, algo que sí hace en un documental estrenado este mismo martes en HBO Max, que ha desaparecido durante unas horas de la plataforma tras conocerse la prohibición dada por el juez.

La madre de Sancho, Silvia Bronchalo, ha sido una de las ausencias más comentadas del primer día de juicio a pesar de sí encontrarse en la isla de Koh Samui. La abogada de Bronchalo, Carolina Castro, ha explicado en televisión que tiene problemas de salud y que cuando se encuentre mejor acudirá.

Sancho, que había conocido al doctor Arrieta un año antes el suceso a través de Instagram, se enfrenta a cadena perpetua o incluso pena de muerte si es condenado por asesinato premeditado. Su defensa intentará demostrar que fue un homicidio imprudente después de que el joven declarara que hubo una pelea y un intento de violación del que intentó defenderse. El testimonio del acusado está previsto para el próximo 25 de abril.

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