Máxima velocidad, una curva muy cerrada, el asfalto en mal estado... las causas del duro accidente de La Vuelta al País Vasco

Cuarta etapa de La Vuelta al País Vasco, 16.37 horas de la tarde, apenas 30 kilómetros para la llegada a meta... y una caída que dejó este jueves al mundo del ciclismo con el corazón en un puño. 12 ciclistas involucrados en una caída multitudinaria en pleno pelotón en un tramo sin aparente complicación, pero, ¿por qué se produjo entonces la caída más espeluznante de los últimos tiempos?

Varios factores explican la caída, otra más en una semana negra para el ciclismo de élite, una combinación de variables que ponen en alerta y han hecho reflexionar al mundo de la bicicleta. Estas fueron las causas del accidente:

La primera, las características del punto en el que se produce, una curva sin aparente complejidad pero con una peligrosa 'trampa'. "En esa carretera hay un montón de raíces de los arboles por debajo del asfalto que hace que la carretera sea muy botona", explicaba con conocimiento de causa Mikel Bizkarra, ciclista de Euskaltel, a través de sus redes sociales nada más conocerse el accidente.

La segunda, las características de una curva muy cerrada. Sí, estaba señalizada, una alerta que siempre interpretan bien ciclistas de este nivel, pero la velocidad y la trampa oculta de los baches la convierten, como se pudo ver, en letal.

La tercera, la velocidad, clave muy relacionada con la anteriormente mencionada. "Creo que hemos entrado demasiado rápido en esa curva (...) cuando he visto que se han caído ahí me ha entrado bastante mal cuerpo porque íbamos a gran velocidad", opinó Pello Bilbao, participante en la ronda, en declaraciones recogidas por Relevo.

La cuarta, una 'escapatoria' —la hierba lateral— con una trampa mortal, el abrevadero y las rocas de una zona de descanso para senderistas causante de una verdadera carnicería en esta terrible caída. Detalles sin perfilar en una etapa que pudo ser aún más trágica de lo que ya ha sido.

El resultado: una caída letal

12 ciclistas al suelo, todos retirados, y una imagen espeluznante: un grupo de corredores, entre ellos el vigente campeón del Tour, Jonas Vingegaard, inmóviles en el suelo a la espera de los servicios sanitarios. Junto a Jonas, Remco Evenepoel y Primoz Roglic, los tres grandes colosos de la prueba lesionados y con serias dudas de cara al Tour.

"Igual también tenemos que replantearnos un poquito la manera de competir", expresó también Pello, declaraciones que corroboró Mattias Skjelmose: "Estamos yendo a unos números altísimos [de vatios] hasta en las subidas, y eso hace que lleguemos hasta 60 ciclistas a la cima. Eso hace que el nerviosismo aumente".

Competitividad extrema y seguridad, son los dos aspectos a revisar en un deporte que "de por sí es un deporte peligroso", como apuntó Juan Ayuso, y que ha dado un aviso muy serio con una de las caídas más espeluznantes de los últimos tiempos.

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