Así es el 'Hilton', una de cárceles más temidas del mundo: se llama Bangkok Bang Kwang y podría acoger a Daniel Sancho si le condenan

117 Village No. 3, Nonthaburi Road 1, subdistrito de Suan Yai, distrito de Mueang Nonthaburi, provincia de Nonthaburi. Mejor no tener que dar esta dirección a un taxista de Bangkok. Son las señas de la prisión central de Bang Kwang, una de las cárceles más peligrosas del mundo y el presidio en el que no querría acabar Daniel Sancho si es condenado.

Esta cárcel está situada a unos 7 kilómetros al norte de Bangkok, en la ribera del río Chao Phraya a su paso por la provincia de Nonthaburi. Es la prisión que ocupan los condenados a muerte y sentenciados a largas condenas, sobre todo por delitos de narcotráfico. Paradójico: justo al lado del edificio está el templo de Bang Phraek Tai.

El 'Hilton' o "el gran tigre"

El centro penitenciario es conocido como 'el Hilton' por una miniserie homónima australiana. Pura ironía: las de Bang Kwang son celdas de unos 4 metros cuadrados con entre 8 y 10 presos cada una. Pero los reos se refieren a ella más bien como "el gran tigre", por la manera en la que devora a sus presos.

"Nada más plantar un pie, me pusieron cadenas. No las que se ven en la televisión, estas pesan cuatro kilos y fueron aplastadas a mis tobillos por los oficiales a martillazos", narró Colin Martin en su libro autobiográfico, Bienvenido al infierno: La lucha por la vida de un hombre en el Hilton de Bangkok. Sabe de lo que habla: pasó una década en la prisión.

8.000 presos en una cárcel para 3.500

Libros y documentales han descrito la dureza del "Bangkok Hilton". En ellos se recogen denuncias de torturas, abuso de poder y corrupción de los guardias. La situación ha sido señalada por organizaciones de derechos humanos y a sus peticiones les han sucedido incumplidas promesas de sucesivas administraciones de mejorar las condiciones. La prisión está, por ejemplo, en la lista de vigilancia de Amnistía Internacional.

"Los presos están hacinados, a veces hay decenas o incluso centenares de presos en una sola celda. Hasta 2013 los presos llevaban grilletes, no para que no se movieran, sino para que no corrieran o pegaran patadas", contaba hace un año Adrián Foncillas, corresponsal en Tailandia. Bang Kwang alberga más de 8.000 presos cuando fue construida con capacidad para 3.500 presos.

Una ducha al mes

No solo hay violencia a diario entre los presos, sino que los problemas sanitarios están a la orden del día. En esta cárcel los internos apenas tienen derecho a una ducha al mes y el sistema de agua no está en buen estado, por lo que proliferan las enfermedades con mayor facilidad. Además, la comida es escasa y de mala calidad.

La tasa de mortalidad está en un 25% al superar los dos años. Los reclusos mueren por desnutrición, enfermedades y violencia"

"La tasa de mortalidad está en un 25% al superar los dos años. Los reclusos mueren por desnutrición, enfermedades y violencia", aseguraba en agosto pasado en Cuatro el analista Fernando Cocho. En su opinión, esta prisión es "una amenaza de muerte indirecta".

Muertes violentas e inexplicables

De ello da testimonio Jonathan Wheeler, un británico que pasó 18 años encarcelado en Bang Kwang tras ser detenido con 2 kilos de cocaína pura. En una ocasión vio cómo atacaban brutalmente a un compañero mientras se duchaba. "Cuando el tipo tenía la cara cubierta de champú en la ducha, otro tailandés le golpeó la cabeza con un trozo de metal. Literalmente como una calabaza... le golpeó la cabeza con los sesos colgando", relató en 2022 al Daily Mirror.

En Bang Kwang, los presos mueren repetidamente por causas inexplicables, algunas violentas, pero no sólo. En 2009 hubo un brote de peste porcina que mató a varios reos, según ha contado Gary Graeme Jones, interno británico que escribía un blog desde la cárcel.

Si no tienes dinero, morirás antes

No, lo mejor será que Sancho, en caso de ser condenado, no acabe en este Hilton, una prisión en la que "si no tienes dinero, morirás antes. Tienes que pagarte hasta el propio traje de presidiario. Alguien desde fuera tiene que pagarte la comida, es un sitio muy peligroso", afirma Cocho. Tanto es así que las embajadas de los Estados miembros de la Unión Europea suelen asegurarse de que sus nacionales condenados reciban vitaminas y alimentos suplementarios para mantenerlos con vida.

Todo ello ocurre pese a la vigilancia porque en toda la prisión hay instaladas cámaras web. Los presos condenados a muerte, un centenar, están vigilados por cámaras las 24 horas del día.

Zircon - This is a contributing Drupal Theme
Design by WeebPal.