La extraña comunicación no verbal de Rodolfo Sancho (y por qué sus emociones están resultando chocantes e inesperadas)

Psicología y comunicación no verbal Lo que no nos cuentan por Alicia Martos

Observando el comportamiento de Rodolfo Sancho, durante el encarcelamiento y proceso judicial de su hijo Daniel Sancho por asesinato y descuartizamiento, solo cabe pensar que las reacciones de los seres humanos son inescrutables.

Cuando uno reflexiona e imagina encontrarse en una situación similar, puede visualizar que se hundiría, que sentiría miedo, tristeza, preocupación, dolor, etc. Sin embargo, aparece ante los medios un Rodolfo Sancho con dos expresiones emocionales inesperadas muy visibles y muy contrarias a las anteriores: ira (contra los periodistas que buscan sus declaraciones) y sonrisa (ante los medios al hablar del caso).

¿Cómo se pueden interpretar las dos emociones en este contexto?

La ira implica la expresión de la rabia contenida, puede proyectarse de cualquier forma y no necesariamente hacia quien la provoca, es decir, paga su estrés y frustración con quien menos lo merece. Se siente atacado y considera injusto el seguimiento de la prensa en un momento en el que solo desearía privacidad y soledad para atravesar el duro proceso. Su propio duelo. Sobre su propia vida y la de su hijo.

Es evidente que su sonrisa continua no es una muestra auténtica de felicidad y alegría, se trata de una risa desdeñosa, indica desprecio en ocasiones, en otras, simplemente es posada, forzada para simular un estado de ánimo optimista y relajado (a pesar de sus circunstancias), parece que no quiere dar 'el gusto' (creerá) de que lo vean mal, no quiere proyectarse de ese modo, no quiere demostrar lo que realmente estará experimentando en su interior.

¿Qué ocurre entonces con esa actitud?

Nadie empatiza con él, es imposible que nos despierte compasión. Porque proyecta un comportamiento del todo inesperado e incoherente con las emociones que nosotros esperamos en un caso así.

¿Por qué actúa así?

Ante un hecho tan salvajemente abrumador, el cerebro activa ciertos mecanismos de defensa para protegerse de tal impacto (algunos se deciden de forma voluntaria, otros no), recordemos que la única misión del cerebro es sobrevivir y para ello hace lo que sea. Si lo mezclamos con ciertos rasgos de su personalidad, experiencias pasadas, su animadversión por la vida pública, que se aireen al mundo entero sus desgracias familiares, etc, parece que su opción ha sido la de mostrar una falsa apariencia de bienestar, de tranquilidad y de 'aquí no pasa nada'.

Básicamente, está en un estado de negación en toda regla y utiliza la evasiva y la simulación emocional para 'quitarle hierro' al asunto, supongo que el sufrimiento está ahí, pero por decisión propia o involuntaria no lo quiere mostrar.

Normalmente, esta estrategia aparece en personas con una tendencia de personalidad más lógica y racional, más frías y distantes, poco expresivas, recelosas de su intimidad y herméticas en la comunicación de sus sentimientos.

Cronología y todas las claves del estremecedor caso

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