La 'ley del hielo': el impacto psicológico de ignorar a alguien cuando se está enfadado

En España, al igual que en el resto del mundo, la tendencia a evitar conflictos, expresar opiniones o invalidar las emociones de otra persona puede derivar en lo que se conoce popularmente como 'ley del hielo'. Este fenómeno, que consiste en ignorar por completo a alguien como consecuencia de un enfado, puede ocurrir entre amigos, parejas o familiares y tiene importantes consecuencias psicológicas para quien lo sufre.

Según explican los especialistas en psicología de Mundopsicologos.com, este tratamiento silencioso nos afecta debido a que activa la corteza cingulada anterior, la parte del cerebro que detecta el dolor físico. "Por lo tanto, podríamos afirmar que ignorar es violencia a pesar de que no haya ningún contacto físico con la persona", señalan.

Razones por las que se recurre a la 'ley de hielo'

Algunas personas pueden recurrir a la ley del hielo de manera inconsciente por diversas razones:

  • Culpabilizar al otro: En ocasiones, se utiliza la ley del hielo para culpar a la otra persona de un problema propio, intentando hacer desaparecer el conflicto al ignorar al otro.
  • ​Castigar y manipular emocionalmente: Ignorar a alguien puede ser una forma de dañar o castigar, ejerciendo una manipulación emocional sobre la otra persona.
  • Evitar enfrentar el problema: Para algunas personas, aplicar la ley del hielo puede parecer la mejor alternativa para hacer frente a un problema, evitando así una confrontación directa.

Consecuencias para la salud de la 'ley de hielo'

Sin embargo, este método de ignorancia tiene consecuencias emocionales y psicológicas en quien lo sufre. "La ley del hielo hace que las víctimas experimenten rechazo, culpa, soledad y desesperación", detallan los expertos. Además, puede perjudicar la autoestima y generar episodios de estrés o angustia.

Pero las consecuencias no se limitan al ámbito psicológico, sino que también afectan a nivel físico. Nuestro cerebro detecta este tipo de comportamientos como un dolor físico, lo que implica que quienes lo sufren pueden sentir dolor de cabeza, molestias en el estómago, ansiedad o insomnio.

Es importante tener en cuenta que, aunque en ocasiones pueda parecer una solución fácil, recurrir a la ley del hielo no hace más que agravar los conflictos y generar sufrimiento. La comunicación asertiva y el diálogo respetuoso siguen siendo las mejores herramientas para abordar los problemas interpersonales de manera saludable.

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