El Sabadell, el banco catalán que llevó su sede a Alicante cuando Puigdemont amenazó con la independencia y que ahora acecha el BBVA

La relación entre el Sabadell y el BBVA ha entrado en territorio hostil. El consejo de administración del segundo banco ha decidido formular una oferta pública de adquisición (OPA) hostil sobre el 100% de las acciones del primero. Es el paso que ha dado el BBVA tras rechazar el Sabadell la primera propuesta que hubo y que fue de carácter amistoso. Tras el anuncio de la OPA, el banco catalán ha reiterado su negativa.

Son muchas las circunstancias que explican cómo la relación entre el BBVA y el Sabadell ha acabado en términos hostiles y muchas las derivadas. Pero en este punto conviene también entender quién es y de dónde viene este banco catalán con sede en Alicante que el BBVA quiere comerse al parecer a toda costa.

2023, el mejor ejercicio de su historia

El presidente de Banco Sabadell es Josep Oliu. El presidente del Consejo de Administración es Josep Oliu Creus y el consejero delegado es, desde diciembre de 2020, César González-Bueno Mayer.

La entidad ganó 308 millones en los tres primeros meses de 2024, un 50,4% más que un año antes. Y eso que el 2023 lo cerró con el mejor ejercicio de su historia. El Sabadell obtuvo ese año un beneficio de 1.332,2 millones de euros, un 55,15% más que el ejercicio anterior.

De comerciar con lana a abrir sede en Londres

El Banco de Sabadell fue fundado el último día de 1881 por un grupo de empresarios de esa ciudad catalana. Con un capital de 10 millones de pesetas, abrió al público a partir de febrero de 1882. En sus primeros años tuvo un papel activo en el comercio de lanas y carbón. Ya en el siglo XX se centró en los servicios financieros.

Dice el propio Sabadell en su web que "en la década de los años 40, el banco orienta su actividad a estabilizar su situación y en recuperar la normalidad tras la Guerra Civil". En 1965 abrió su primera oficina fuera de Sabadell, en Sant Cugat del Vallès. Comienza ahí un proceso de expansión por las poblaciones próximas y hasta Barcelona. Luego, Madrid y al final de los 70, la primera delegación internacional, en Londres.

Primeras adquisiciones

En los años 80 se configuró como grupo empresarial, con la creación de compañías filiales. En la década de los 90, renovó su imagen corporativa y pasó a ser Banco Sabadell, sin la preposición "de", como marca comercial. Compró el grupo NatWest España y el Banco Herrero. El 18 de abril de 2001 salió a bolsa.

En 2003 compró el Banco Atlántico, operación con la que dio un importante salto de tamaño. En 2004 la acción del banco entró a formar parte del IBEX 35. En 2006 adquirió el Banco Urquijo y al año siguiente el banco Transatlantic Bank de Miami (EEUU).

Concentración bancaria: más compras

Tras la la caída de Lehman Brothers y la crisis de 2008 se aceleró el proceso de concentración bancaria y el Sabadell fue de los que compraba. Adquirió Banco Guipuzcoano (2010), Banco CAM (2011), la red de oficinas de Cataluña y Aragón de la antigua Caixa Penedès (2012), Banco Gallego y el negocio en España de Lloyds (2013).

Fuera de España, también. Compró en EE UU el Mellon United National Bank de Miami (2009), el TSB Banking Group, sexto banco británico (2015) y creó un banco en México (2016). Durante estos años el banco triplicó su tamaño y multiplicó por seis su base de clientes. En abril de 2019 cerró la venta del 80% de su plataforma inmobiliaria Solvia al grupo sueco Intrum por 241 millones de euros.

El 'procès' y el traslado a Alicante

El 5 de octubre de 2017, el Consejo de administración de la entidad aprobó el traslado del domicilio social a Alicante. De ese modo el Sabadell se sumaba al amplio grupo de empresas catalanas que decidieron trasladar su sede fuera de Cataluña ante el desarrollo del proceso independentista catalán. Precaución en lo empresarial (una declaración unilateral de independencia les podía dejar sin marco jurídico estable), pero también un modo de marcar posición política.

El banco tomó esa decisión tras el referéndum ilegal que había tenido lugar cuatro días antes. Además, el entonces presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, ya había anunciado que declararía la independencia en cuestión de días. El Sabadell se había dejado en una semana un 14,65% de su valor en Bolsa.

El consejo de administración barajó las opciones de Madrid y Oviedo, pero se decantó por Alicante al contar con un centro operativo procedente de la antigua CAM, absorbida en 2011. En ese momento, el Sabadell era la segunda entidad financiera catalana y la cuarta de España por volumen de activos globales.

Oliu dispuesto a irse de Cataluña

Fue un gesto simbólico porque la sede social se movió hasta Alicante, pero los servicios centrales del banco continuaron en Barcelona. No obstante, el traslado tuvo contenido fiscal: desde entonces, el Sabadell ha pagado sus impuestos (locales y transferidos, no el de Sociedades) en la Comunidad Valenciana. Pero el traslado de la sede social fuera de Cataluña venía de antes.

Puigdemont: "Hay una estrategia para liquidar la banca catalana... Cataluña necesita que haya bancos de obediencia catalana"

El Sabadell ya empezó a barruntarlo cuando el expresidente Artur Mas convocó las elecciones del 27-S y más aún tras la declaración de Junts pel Sí y la CUP del 9-N. El 13 de enero de 2017 Oliu sugirió que podía llevarse la sede si la Cataluña independiente quedaba fuera de la UE. El 3 de octubre dijo estar dispuesto a irse para proteger a sus clientes, accionistas y empleados.

Hoy, ante los movimientos, primero amistosos y luego hostiles, del BBVA por hacerse con el Sabadell, aquel mismo Puigdemont dice que "hay una estrategia para liquidar la banca catalana" y que "Cataluña necesita que haya bancos de obediencia catalana".

¿Volver a Cataluña?

La vuelta a Cataluña, la vuelta simbólica del domicilio social dejando Alicante, no está prevista. El pasado 9 de abril, Josep Oliu, aseguró que el Sabadell no se planteaba volver a tener su sede social en Cataluña. El presidente de la entidad explicó, y lo hizo antes de la junta de accionistas, que era un tema que no estaba sobre la mesa.

Hay un disociación entre el mundo de la empresa y la política. Las empresas siguen haciendo su vida"

Los periodistas le insistieron por el hecho de que estaba a punto de iniciarse la campaña electoral para las elecciones en Cataluña de este domingo 12 de mayo. Pero la sincronía de la política y la economía, si existe, es otra. "Hay un disociación entre el mundo de la empresa y la política. Las empresas siguen haciendo su vida. Es buen momento para las empresas en Cataluña y en España", aseguró Oliu aquel día.

El cortejo del BBVA

El de ahora es el segundo (tercero, si dividimos el episodio de este 2024) intento oficial del BBVA de comprar/fusionar al Sabadell. En noviembre de 2020, ambas entidades reconocieron que estaban negociando una fusión desde hacía meses. Dos semanas después, el 27 de noviembre, las dos bancos anunciaron la ruptura de las conversaciones.

Un 53% de las acciones del Sabadell están en manos de grandes fondos de inversión y un 47% son de inversores minoristas

"Por aquel entonces, BBVA quiso aprovecharse de la mala situación que atravesaba la entidad catalana, con una red envejecida, falta de digitalización, mucha exposición al crédito de pymes y una filial británica en pérdidas", explica Joaquín Robles, analista de XTB. Desde entonces la situación ha cambiado mucho: han subido los márgenes de interés, se han reducido de costes y la filial británica ya es rentable.

Pero ahora hemos pasado a una opa hostil y son los accionistas del Sabadell los que decidirán y no el consejo de la entidad. Durante años, varias fortunas catalanas ejercían como accionista de control, pero ese momento pasó. Hoy la entidad no tiene accionista de control. Las acciones se reparten entre un 53% en manos de grandes fondos de inversión y un 47% que detentan inversores minoristas.

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