Los científicos desvelan por qué no debes llevarte nunca piedras de la playa

Seguro que alguna vez en la vida hemos tenido la tentación de llevarnos a casa una piedra de la playa como recuerdo o incluso lo hayamos hecho, pero esta es una práctica que se debería evitar porque es bastante dañina para el ecosistema costero, según advierten los científicos.

La playa de Is Arutas, en Cerdeña, o la costa de Cumberland, en el norte de Inglaterra, son algunas de las zonas en las que los respectivos ayuntamientos han prohibido llevarse arena o guijarros de sus suelos y, además, conlleva sanciones económicas.

El motivo no es otro que prevenir la erosión. Este proceso, provocado por la acción de las corrientes, mareas o el viento, produce la pérdida o desplazamiento de la tierra, por lo que las piedras se convierten en un elemento esencial para reducirla y que no se produzcan inundaciones.

A lo largo de todo el año, las playas se adaptan a los cambios producidos por estos fenómenos, que transportan los sedimentos dentro y fuera de la costa, cambiando su volumen. Asimismo, el oleaje puede llevarlos hasta la parte más saliente, formando lo que se conoce como berma.

Esto da lugar a una separación natural que protege contra las tormentas y las olas, absorbiéndolas y evitando que avancen más allá de la playa. De este modo, las ciudades estarán protegidas de probables inundaciones. Por esta razón, los científicos advierten sobre la moda de retirar piedras de las playas ya que su eliminación puedo alterar este proceso natural.

Asimismo, resulta mucho más importante cuando se trata de una zona de costa en la que se suceden cambios atmosféricos de forma frecuente. En este caso, los efectos serán más intensos y las piedras son fundamentales para proteger las playas y el entorno más cercano.

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