Dieta carnívora: los escasos beneficios y abundantes riesgos de comer sólo carne y productos animales

Ya son bastantes las voces que han advertido de que en España y en otros países occidentales tendemos a consumir más carne de lo saludable. No obstante, pese a que la mayoría de recomendaciones llaman a limitar el consumo de este alimento (y muy especialmente de las carnes rojas y procesadas), existen personas que optan por justo lo contrario: la dieta carnívora es un patrón que proscribe el consumo de toda clase de productos de origen vegetal.

Un tipo de dieta cetogénica

La dieta carnívora es un tipo de cierta cetogénica. La teoría detrás de estos patrones se basa en un fenómeno conocido como cetosis, que se produce cuando no ingerimos suficientes calorías en forma de hidratos de carbono o azúcares.

Cuando esto sucede, nuestro organismo sufre algunos cambios (destacadamente, una disminución del ph de la sangre, volviéndola más ácida) para quemar moléculas de grasa y generar unos productos llamados cetonas que emplea como fuente de energía.

Lo cierto es que ya se han documentado científicamente varios efectos beneficiosos de las dietas cetogénicas para determinadas condiciones, como la diabetes (según apunta un artículo en la revista académica Diabetes Therapy) o la obesidad (tal y como señala una investigación en el medio Cureus). No obstante, la dieta carnívora tiene algunas particularidades que pueden hacer que estos beneficios no sean tan claros, así como que provoque una serie de riesgos únicos.

Riesgos de las dietas cetogénicas y de la dieta carnívora

Por un lado, debemos tener en cuenta que, como apunta el portal de divulgación sobre salud de la Universidad de Harvard la dieta cetogénica típica sugiere que entre un 70 y un 75% de las calorías que ingerimos diariamente provengan de la grasa, un 20% de proteínas y no más de un 10% de hidratos de carbono. En cambio, la dieta carnívora casi elimina por completo los carbohidratos y no especifica el porcentaje calórico que deben suponer las grasas.

Por otro, la mayoría de las dietas cetogénicas enfatizan el consumo de grasas mono y poliinsaturadas más saludables, pero este no es el caso de las dietas carnívoras. Las grasas presentes en los productos animales son mayoritariamente grasas saturadas (con la notable excepción de los pescados, muy ricos en ácidos grasos omega-3 saludables), la menos saludable porque eleva los niveles de colesterol LDL (coloquialmente llamado 'colesterol malo') en la sangre.

En general, todas las dietas cetogénicas tienden a aumentar los niveles de colesterol LDL tanto en el corto como en el largo plazo. Al mismo tiempo, se piensa que las dietas cetogénicas, y muy especialmente la carnívora, pueden aumentar el riesgo de aparición de cálculos renales, gota y osteoporosis. Igualmente, el consumo excesivo de proteínas de la dieta carnívora puede perjudicar el funcionamiento de los riñones.

Por qué no es recomendable

Teniendo en cuenta que las dietas cetogénicas inducen una mayor quema de grasas en el cuerpo, podrían estar indicadas en el tratamiento de ciertas enfermedades, y pueden servir de inicio a un programa de pérdida de peso en aquellas personas que lo necesiten por razones clínicas.

Aunque en última instancia corresponde al paciente y a su médico pautar el uso de una dieta cetogénica en función de las características del caso y decidir cuestiones como el patrón nutricional concreto y por cuánto tiempo debe mantenerse, muchas veces se considera poco adecuado seguir las dietas cetogénicas en el largo plazo. Esto sería especialmente acusado en el caso de una dieta carnívora.

En realidad, las características de la dieta exclusivamente carnívora la hacen especialmente poco recomendable, teniendo en cuenta que además de los riesgos señalados previamente existen evidencias abundantes que relacionan el consumo de carne roja y procesada con un mayor riesgo de padecer ciertos tipos de cáncer (como ilustra el famoso estudio publicado en 2015 en The Lancet Oncology) Si clínicamente se considera adecuado emprender una dieta cetogénica, existen versiones mucho más equilibradas y seguras.

Referencias

Chloe H. Firman, Duane D. Mellor, David Unwin, Adrian Brown. Does a Ketogenic Diet Have a Place Within Diabetes Clinical Practice? Review of Current Evidence and Controversies. Diabetes Therapy (2023). DOI: 10.1007/s13300-023-01492-4

Vani Malhotra, Anupama Sawal. Metabolic Effects of Ketogenic Diets and Their Utilization in Obesity Management: A Systematic Review. Cureus (2023). DOI: 10.7759/cureus.36720

Howard E. LeWine. What is the carnivore diet? Harvard Health Publishing (2024). Consultado online en https://www.health.harvard.edu/nutrition/what-is-the-carnivore-diet el 14 de mayo de 2024.

Bouvard, Véronique. Loomis, Dana. Guyton, Kathryn Z. Grosse, Yann. Benbrahim-Tallaa, Lamia. Guha, neela. Mattock, Heidi. Straif, Kurt. Carcinogenicity of consumption of red and processed meat. The Lancet Oncology (2015). DOI: https://doi.org/10.1016/S1470-2045(15)00444-1

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