Javier García (Catedrático de Psiquiatría): "La felicidad está en la mente, no en los objetos externos"

Los seres humanos tenemos expectativas sobre todos los aspectos de la vida: la pareja, la familia, el trabajo. La expectativa surge de la idea, profundamente arraigada entre los occidentales, de que la felicidad ocurre fuera de nosotros. Es la base de la sociedad de consumo: nos han engañado pensando que seremos felices si tenemos una casa más grande o un coche más potente.

¿Cuánto tiempo dura la felicidad que producen los objetos externos?

Pero ¿cuánto tiempo dura la felicidad que nos producen los objetos externos? Los estudios en psicología dicen que dura entre tres y seis meses. No es mucho, ¿verdad?

La visión de mindfulness y que ha sido la visión oriental tradicional, pero también la de los estoicos, es que la felicidad está en nuestra mente. Por eso, podemos hacer planes (por ejemplo, donde iremos de vacaciones), pero sabiendo que, si no se cumplen, cualquier otro plan será también bueno y puede hacernos igualmente felices, porque el bienestar está en nuestro interior.

La clave es la aceptación

La clave de este proceso es la aceptación. Los occidentales recelamos del simple concepto, porque estamos entrenados en la lucha hasta la extenuación y lo confundimos con resignación.

Cuando lo que ocurre a nuestro alrededor no nos gusta hay cuatro formas de reaccionar ante ello. La valoración clave es si nuestras acciones pueden cambiar el entorno o no. Si podemos cambiarlo o si tenemos dudas, debemos ACTUAR. Esta es la primera forma de reaccionar. Y debemos ponernos unos límites de tiempo o de esfuerzo para no quedarnos allí enganchados.

Si queremos cambiar nuestra relación de pareja o el trabajo debemos ponernos un límite temporal

Por ejemplo, si queremos cambiar nuestra relación de pareja o el trabajo, debemos ponernos un límite temporal (ej: uno o dos años) o de esfuerzo (ej: hablar tres veces con mi jefe o mi pareja). Si una vez intentado no se resuelve, tengo que asumir que eso no se puede cambiar y ACEPTARLO, que es otra de las alternativas. Aceptar SOLO debe hacerse cuando no puedo cambiar el entorno y, entonces, lo sabio para no sufrir es cambiar mi mente, es decir, mis expectativas poco realistas. La persona eficaz se mueve entre la acción, cuando puede modificar el entorno, y la aceptación, cuando no puede hacerlo.

La sobreactuación y la resignación

Ambas siempre van juntas, porque si no aceptamos que a la actuación hay que ponerle límites, caemos en la tercera respuesta, la más frecuente actualmente, que es la SOBREACTUACIÓN: aunque no pueda cambiar el entorno, seguir esforzándome inútilmente antes que darme por vencido. Esta postura es inútil y la que causa mayor sufrimiento. Por último, la RESIGNACION consiste en no actuar cuando sí que podría cambiar el entorno. Esto no se recomienda y suelen hacerlo personas con baja autoeficacia, que piensan que ellos no son capaces de nada.

La resignación consiste en no actuar cuando sí que podría cambiar el entorno

En suma:

1.- Debemos tener claro que la felicidad está en la mente, no en objetos externos.

2.- No deberíamos desarrollar expectativas, aunque podamos hacer planes.

3.- Nos manejaremos siempre con la acción y la aceptación, según las circunstancias del entorno. Y sufriremos menos que la mayoría de la sociedad actual, que tiende a sobreactuar.

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