Hay debates eternos, cuestiones y problemas que nunca se cierran del todo y flecos pendientes que exigen total atención. Eso pasa con Reino Unido, la UE y España a cuenta de Gibraltar, uno de los puntos colaterales del brexit. Y sigue sin haber acuerdo entre las partes tras la segunda reunión a tres celebrada este jueves en Bruselas, con presencia también de la Comisión Europea. El encuentro, de más de cinco horas, no ha conducido a la fumata blanca pese al ambiente "constructivo" de las conversaciones, según han confirmado las partes.
"Las conversaciones se han desarrollado en un ambiente constructivo, con importantes avances y nuevos ámbitos de acuerdo. Todas las partes están convencidas de que el acuerdo está cada vez más cerca y trabajarán estrecha y rápidamente en los ámbitos pendientes para llegar a un acuerdo global UE-Reino Unido", resume el comunicado de la Comisión Europea. El ministro de Exteriores, José Manuel Albares, llegó a la capital comunitaria con esperanza de cerrar el pacto, pero el objetivo principal es que haya luz verde antes de las elecciones europeas (del 6 al 9 de junio).
Con todo, el tono ahora mismo de los contactos es amable y todos confían en llegar a buen puerto. "En la reunión se reafirmó el compromiso compartido de celebrar un Acuerdo UE-Reino Unido que aporte confianza, seguridad jurídica y estabilidad a las vidas y medios de subsistencia de la población de toda la región, mediante la protección y mejora de la economía y el comercio, la movilidad, el medio ambiente y el bienestar social, salvaguardando al mismo tiempo las posiciones jurídicas de todas las partes", concluyen.
Las relaciones han estado bastante peor
Este es un matrimonio más mal que bien avenido casi a lo largo de toda la historia. El pasado mes de abril Bruselas y Londres protagonizaron un momento crucial en las conversaciones, marcando un cambio en el tono después de dos años y medio de discusiones técnicas que no mostraron avances notables. Este encuentro tuvo lugar justo después de cierta tensión en el gobierno español debido a los comentarios de otro vicepresidente de la Comisión Europea, que cuestionó la posibilidad de llegar a un acuerdo antes de las elecciones europeas del 9 de junio, la fecha que se habían puesto como límite.
Las partes guardaron entonces silencio tras su reunión, emitieron un comunicado conjunto destacando "progresos significativos" y acuerdos en "cuestiones políticas generales", como el aeropuerto, bienes y movilidad. Además, se mencionó la presencia de Albares y Picardo en un formato de reunión "a cuatro" que se repetirá posteriormente.
La declaración de hace un par de meses también comprometió a ambas partes a continuar las negociaciones en las próximas "semanas" para finalizar el Acuerdo UE-Reino Unido, aunque no se proporcionaron detalles sobre el calendario ni se aclaró si habría más encuentros políticos para resolver el estatus de Gibraltar en relación con la UE después del brexit.
A pesar de este acercamiento, hubo preocupación en Londres, expresada por los diputados de la comisión de vigilancia de las relaciones con la UE en la Cámara de los Comunes, quienes advirtieron sobre el riesgo de que los acuerdos implicaran una pérdida de soberanía por parte del Reino Unido. Llegaron a pedir suspender las negociaciones, pero parece que la dirección va en sentido contrario. Las relaciones entre Londres y Bruselas, con España como actor clave, parecen estar progresando poco a poco... algo que parecía una quimera no hace tanto.
El brexit ha marcado un hito en la historia política y económica tanto del Reino Unido como de la Unión Europea. Desde el histórico referéndum de 2016, donde los británicos votaron a favor de abandonar la UE, hasta su efectiva salida en 2020, se han desencadenado una serie de desafíos y tensiones. Esta ha sido -y es- una más, pero el escenario global, con la guerra en Ucrania y las tensiones con Rusia, ha posicionado inevitablemente a Londres y Bruselas en el mismo bando, así que ambos quieren aprovechar esta oportunidad.
